Juego de bolos equipo de sumo de madera
Gafas ópticas Very Boss para niños
Crema corporal orgánica Cheky Baby Butter
Jersey con bobby inglés de Burberry
Lalé, Atomic Soda, pequeños sixties
Book: SIR. Mario Testino y los hombres
En el backstage del desfile de Dior Homme 15/16
Foto de Rudi Gernreich de Peggy Moffit, 1960s Op-Art
Rudi Gernreich nació en el seno de una familia judía en Viena en 1922. A causa de la persecución nazi emigró a Los Ángeles, California. Se inició en el mundo de la moda colaborando con la modelo Peggy Moffitt y su marido, el fotógrafo William Claxton. A mediados de los 60 el trío creativo creó un concepto que uniría moda y pop-art. Gernreich rompió los esquemas combinando colores inusuales como el fucsia y el naranja, mezclando rayas y círculos psicodélicos y usando materiales como vinilo y plástico.
Gernreich causó revuelo con su monokini, el escandaloso bañador que dejaba los pechos al aire prediciendo el futuro. Junto a Moffit y Claxton, el diseñador realizó iconoclastas imágenes del monokini que las revistas Life y Harper’s Bazaar se negarían a imprimir. Newsweek publicó una foto de espaldas, mientras que Women’s Wear Daily fue la única en enseñar una foto frontal. El escándalo llegó a los grandes almacenes, que rechazaron el diseño y se vieron amenazados por manifestaciones populares. La iglesia denunció el monokini y se prohibió que las mujeres exhibiesen sus pechos bajo pena de arresto. Pero Gernreich se reinventó para salirse con la suya: en 1965 lanzó el no-bra bra, una suerte de “antisujetador” desestructurado y realizado en un tejido transparente.
Srta. Jara (Foto de Rudi Gernreich de Peggy Moffit, 1960s Op-Art)
Absolute chic! Françoise Hardy, 1967
Buenos días! a la búsqueda del Edward Hopper perdido… en Nueva York…
El tratamiento cinematográfico de las escenas y el personal empleo de la luz son los principales elementos diferenciadores de su pintura. Aunque pintó algunos paisajes y escenas al aire libre, la mayoría de sus temas pictóricos representan lugares públicos, como bares, moteles, hoteles, estaciones, trenes, todos ellos prácticamente vacíos para subrayar la soledad del personaje representado. Por otra parte, Hopper acentúa el efecto dramático a través de los fuertes contrastes de luces y sombras.
Hacia 1930, fruto del aislacionismo, aumentó considerablemente su fama, aunque su fortuna crítica comenzó a crecer verdaderamente a partir de su muerte, en 1967, cuando empezó a ser reconocido como uno de los grandes maestros del arte del siglo XX y no sólo como un ejemplo de la pintura realista americana.
Srta. Jara (Buenos días! a la búsqueda del Edward Hopper perdido… en Nueva York…)