Joyas arquitectónicas de Barcelona
Casa de los Paraguas. Barcelona.
Al final de La Rambla de les Flors, en la parte izquierda, aparece uno de los edificios más singulares de esta avenida: la Casa Bruno Quadros. Se conoce también como la Casa de los Paraguas, ya que vendiendo este objeto se hizo millonario el propietario del edificio y varios paraguas decoran la fachada. Es un edificio entre excéntrico y original donde también destaca la figura de un dragón chino en la esquina que vigila amenazante a todo el que pasea.
Casa Batlló del arquitecto Antonio Gaudi. Barcelona.
En 1904 Josep Batlló encargó a Antoni Gaudí la reforma de su residencia en el Paseo de Gracia nº 43 de Barcelona. El edificio había sido levantado por el arquitecto Lluís Sala en 1877, por lo que lo único que quería el industrial catalán era que Gaudí le hiciera una nueva fachada personal al estilo modernista de los nuevos tiempos, que a su vez compitiera con la de su colindante, la Casa Amatller, levantada por Josep Puig y Cadafalch entre 1898 y1900.
Aún tratándose de la reforma de un edificio anterior se puede decir que con esta obra Gaudí alcanzó una de sus obras arquitectónicas más personales y señeras. El artista se muestra maduro y original en el proyecto, ya que no se aprecia ni una sola referencia al lenguaje de otros arquitectos y sólo se deja inspirar por la naturaleza.
Palau de la música, Lluís Domènech i Montaner e inaugurada en 1908.
Este edificio es la sede del Orfeó Català, esta prestigiosa institución catalana ha tenido desde su fundación, por Lluís Millet y Amadeu Vives, en 1891 un papel importante en la defensa de los valores de la cultura catalana. Esta es la razón por la que la decoración del edificio muestra repartidos por la sala de audiciones, múltiples representaciones de les cuatro barras (símbolo de Cataluña), que durante el franquismo se cubrieron con cortinajes.
Dentro de esta sala hay que destacar la boca del escenario, toda ella una escultura que representa la Cabalgata de las Valkirias a un lado y el busto de Beethoven en el otro, realizados por Pau Gargallo y Dídac Massana. El fondo del escenario contiene diversos alto relieves con decoración de mosaico obra, según Permanyer, de Eusebi Arnau y Mario Maragliano. Es espectacular la gran lámpara central de la sala de conciertos de Rigalt i Granell.
La fachada esta construida en ladrillo rojo visto y se decora con mosaicos de Lluís Brú, destacando un grupo escultórico en homenaje a la Canción Popular obra del prestigioso escultor Miquel Blay.
La UNESCO declaró este edificio “Patrimonio de la Humanidad” en 1987.






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nora
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