Una casa con estilo en los años 50’s
El estilo de la década de 1950 muchas personas no es un capricho, es una forma de vida.
La década de 1950 han tenido una impresión duradera en las casas en que vivimos y la forma en que el estilo de nuestras casas.
En los estándares de hoy no hay una gran cantidad de color en la casa, pero en el que se utiliza, se utiliza con buenos resultados. Y no sería la casa de un 1950 “sin los muebles clásicos.
Srta. Jara (Una casa con estilo en los años 50’s)
Pierre Marly: gafas cargadas de humor en los 60′s y 70’s
El Musée des Lunettes et anteojos Pierre Marly es un museo de gafas ubicado en el distrito 1 de París, Francia, en 380 rue Saint-Honoré..
El museo fue creado por Pierre Marly, óptico de figuras públicas y celebridades. Contiene casi 3.000 objetos, que van desde el siglo XIII desde gafas de sol, con una exposición permanente de gafas, lentes, telescopios y prismáticos de todos los tamaños y formas, incluye lentes para gatos y perros.
Gafas de Maria Callas y gafas que pertenecierón a la princesa Victoria de Francia (hija de Luis XV ), el Dalai Lama , Marlene Dietrich, Sammy Davis Jr., Elton John, y anteojos que pertenecen a Sarah Bernhardt.
Srta. Jara (Pierre Marly: gafas cargadas de humor en los 60′s y 70’s)
look retro, sofisticado y minimal con la forma de “cuellos bebe”
Louis Vuitton es una de la marcas que ha apostado por esta tendencia.
Michelle Williams con un look minimal y cuello bebe.
Srta. Jara (look retro, sofisticado y minimal con la forma de “cuellos bebe”)
Crème de Rose Baume Lèvres Lissant Repulpant de Dior, un clásico
Bálsamo alisante evocador de la pasión que Monsieur tenía por las rosas.
Precio: 26 €
Srta. Jara (Crème de Rose Baume Lèvres Lissant Repulpant de Dior, un clásico)
La vendedora de modas 1756
Harry Nilsson Everybodys talking
Pierre Paulin, y sus espectaculares creaciones
Gran diseñador francés de los años 70, que revolucionó la concepción tradicional del mobiliario con un estilo elegante, divertido y utilitario, lleno de formas, curvas y colores chillones inspirados en la naturaleza que revolucionó por completo el mobiliario tradicional.
Sus obras se exponen en los museos más importantes del mundo, como el MOMA de Nueva York, el Albert Museum de Londres y el Museo de Artes Decorativas de París .
Cuando era joven, Pierre Paulin quería ser escultor. Dejó el colegio muy pronto y empezó su aprendizaje tallando piedra, pero un día se cortó uno de los tendones del pulgar y tuvo que abandonar sus sueños de artista. Entonces decidió viajar en tren con unos amigos hasta el Polo Norte. De paso por Estocolmo, paulin descubrió el diseño sueco y se quedó fascinado con los pequeños talleres que fabricaban objetos muy sencillos, y a la vez modernos, elegantes y funcionales. El contacto con los diseñadores nórdico cambió su vida y, de regreso a París, se matriculó en L´Ecole Camondo, una prestigiosa de arquitectura y diseño.
A mediados de los años 50 imaginó una serie de asientos de estructura metálica, recubierta en gomaespuma y envuelta en tejido elástico. Las formas eran redondeadas, de inspiración animal y vegetal, como flores a punto de abrirse o caracolas en el fondo del mar. El diseño más famoso de esta época es la butaca F-560, conocida popularmene como Mushroom, una denominación que Paulin detesta ya que su objetico no era inventar una silla en forma de champiñón, sino recrear con el lenguaje moderno las famosas butacas Luis XIV.
Otra de sus creaciones más espectaculares es la silla Le Tongue, una especie de asiento en forma de lengua, incluida en el catálogo de muebles del fabricante holandés Artifort.
En 1968, Pierre Paulin inició una fructífera colaboración con Mobiliario Nacional, un organismo francés que se encarga de amueblar todos los edificios oficiales de Francia. Paulin ha dejado su huella en museos, embajadas y ministerios, pero sus obras más destacadas fueron las que realizó para la residencia del jefe del Estado, el Palacio del Elíseo.
Srta. Jara (Pierre Paulin, y sus espectaculares creaciones)
El Bully de Volkswagen, un icono de los 60’s
La mítica furgoneta de Volkswagen, se convirtió a finales de los años 60 en una nueva filosofía de vida basada en el amor, la fraternidad y la tolerancia que irrumpía en la sociedad mundial. El movimiento pacifista hippie se extendía por todo el planeta. Con un estilo de vida nómada y con la utilización de los mínimos recursos económicos, se rebelaban a las reglas establecidas y a un mundo demasiado homogéneo, demasiado igual, este vehículo pasó de ser un simple vehículo a convertirse en un modo de vida que relaciona ambos conceptos.
No dudaban en viajar por diversos países del mundo para propagar sus ideas y para asistir a algunos de los conciertos musicales de grupos defensores a ultranza de la libertad o de cantantes que posteriormente se han convertido en auténticos mitos, iconos de una ideología (John Lennon, el cantante de The Doors Jim Morrison, el guitarrista y cantante Jimmie Hendrix, entre otros). La filosofía Flower Power o de no violencia nacía vinculada a los hippies. Éstos consideraban que las flores, las plantas y el resto de elementos existentes en la madre naturaleza eran mucho más poderosos que las ofensivas y destructivas armas. Por ello, en diversas manifestaciones no dudaban en colocar flores en las armas de los policías y agentes antidisturbios. También decoraban sus escasas pertenencias con algún motivo que recordara a la naturaleza. Los recursos más recurrentes en la decoración eran la hoja de la planta de la marihuana y cualquier tipo de flor (la margarita fue también muy utilizada).
Una de las escasas pertenencias de la que estaban realmente orgullosos los hippies era su vehículo. El modelo más utilizado en las décadas de los 60 y los 70 fue el Volkswagen Type 2 (más comúnmente conocido como Bully), el vehículo Flower Power por excelencia. De forma indirecta, este modelo marcó el inicio de dos nuevas modas que en la actualidad van teniendo cada vez más adeptos: el Caravaning y el Tuning Van o arte de personalización de furgonetas.
Srta. Jara (El Bully de Volkswagen, un icono de los 60’s)
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Autorretrato en el Bugatti Verde, Tamara de Lempicka 1925
Su producción se centra en retratos femeninos y en desnudos de ambos sexos. Siguiendo la tendencia de la pintura art decó, pintaba mujeres etéreas, con ropajes flotantes y dedos largos, si bien dan una impresión férrea y escultural por la pincelada pulida y los marcados contrastes de luces y sombras; son sus mejores ejemplos, junto con los desnudos. Sus influencias principales son Botticelli, Bronzino, el retrato manierista en general, y el Cubismo, pero sin llegar al arte abstracto. Curiosamente, Tamara empleaba este eclecticismo o fusión de estilos antiguos para representar temas actuales, donde las figuras visten ropajes y peinados de última moda. Aunque las imágenes más populares de su arte son desnudos, también retrató a su hija en varias ocasiones y a personas relacionadas con la burguesía artística de París y Nueva York.
Inició cursos de arte en la Academia de San Petersburgo. A los 16 años, ya casada, llega a París huyendo de los bolcheviques; allí se forma como artista al lado de Maurice Denise y Amore Lhote. Se adscribió al art deco, en el que es considerada la mayor representante del área pictórica, y desarrolla un estilo enigmático y personal, en donde pone un gran contraste entre las imágenes angulares y los colores.
Se convierte en la retratista de moda de la aristocracia, entre los años 25 y 30. Influida por el cubismo sintético de Lhote y el tubismo de Léger, sin olvidar el aspecto sicológico de la representación de los personajes.
De Lempicka no tiene ninguna apoyatura artística masculina sino que sola con su arte debe salir adelante, con una hija; pero, gracias al prestigio que crea de sí misma, casa con un rico aristócrata y emigra en 1938 a EE.UU.
Era una perfecta diletante que utilizó el arte como un medio para escalar socialmente. Sus obras son muy cotizadas por coleccionistas de arte erótico.
Su estética ha atraído a estrellas del espectáculo como Barbra Streisand, Jack Nicholson y Madonna, de quienes se dice que coleccionaban sus pinturas.
Srta. Jara (Autorretrato en el Bugatti Verde, Tamara de Lempicka 1925)














