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The Artist, la magia del cine mudo


“The Artist” nos traslada al Hollywood de finales de los años 20, en pleno momento álgido del cine mudo, pero también ante un periodo de cambios radicales marcados por el Crack del 29 y la llegada del sonido, dos factores que llevaron a la ruina y el olvido a algunas de las estrellas más rutilantes del panorama cinematográfico, eso si rodada en digital, manteniendo los 24 fotogramas por segundo y con una cuidada fotografía, alejados de los fotogramas tintados y la velocidad de proyección de 16/20 fps propios de la época. Tampoco la música, tan relevante en la cinta, se ajusta a las partituras de esta época (ideadas, por otro lado, para ser interpretadas en directo en la sala), sino que homenajea a lo que autores como Max Steiner o Franz Waxman llevaron a cabo a los largo de las décadas de los 30, los 40 e incluso los 50.

Gran parte del éxito de la película recae en el apartado interpretativo. La labor de Jean Dujardin es, sin duda, excepcional, construyendo un personaje a medio camino entre Douglas Fairbanks y Gene Kelly que se convierte en el epitome del galán clásico (atractivo, corpulento, elegante, carismático y con un punto de divismo que lo coloca por encima del común de los mortales). Su George Valentin cae en los mismos errores que muchas estrellas del Hollywood de la época, que no se tomaron en serio la llegada del sonido hasta que se vieron relegados por una nueva generación de actores.

El contraste lo marca el personaje encarnado por una desbordante y deliciosa Bérénice Brejo, Peppy Miller, una joven aspirante a actriz, quien se incorpora a la industria justo en ese momento de tránsito, escalando rápidamente al estrellato ante la falta de artistas en este nuevo Hollywood. En ella podemos encontrar ecos de los orígenes de leyendas del cine como Joan Crawford, quien en sus primeros años supo alternar con soltura el melodrama y la comedia musical hasta convertirse en una de las grandes divas del cine. Entre ambos personajes se genera una relación romántica con tensión sexual no resuelta debido al desequilibrio constante entre las posiciones sociales y artísticas de ambos personajes.

La película, está dirigida por el francés, Michel Hazanavicius, la película muda “The Artist” el pasado jueves se entregaron los premios de la crítica norteamericana (Critics Choice Awards) y The Artist se consagró como mejor película del año, además de recibir el premio al mejor actor en esa categoría(Jean Dujardin) y a la mejor banda sonora original (Ludovic Bource).

Uggie (El perro) es un robaplanos, un protagonista nato que agarra la atención del espectador y ya no la suelta, todo el mundo estaba pendiente del perro, riéndole las gracias mientras saludaba con la patita en la alfombra roja de los premios, cuando se hizo el muerto al salir al escenario con todo el equipo de ‘The Artist’ o cada vez que repetía su truco infalible, el de esconder la cara bajo las manos, como sobrecogido por una realidad tan espléndida.

«En las cintas mudas, un animal podía parecer omnisciente y, a menudo, mucho más sensato que los seres humanos. Con el diálogo, la diferencia de estatura entre un perro mudo y un actor que hablaba se volvió insalvable».

Srta. Jara (The Artist, la magia del cine mudo)

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