Srta. Jara Modern Living

David Bowie the thin White Duke


David Bowie ha sido el rockero que ha ido más allá del género experimentando con ideas futuristas, camaleónicas y transformadoras. A través de su carrera como solista, asi como a través de sus colaboraciones con artistas como Queen, Lou Reed, Mick Jagger, Iggy Pop, John Lennon, Brian Eno y Nine Inch Nails, se ha colocado siempre a la vanguardia de la música. Sus innovaciones, producto de su excentricidad, han creado nuevas tendencias incluidas el glam-rock, el rock arte y una autoconcepción de ser más grande que la vida misma.

David Robert Jones, David Bowie, nació en Brixton, Londres, Inglaterra, el 8 de enero de 1947 en el seno de una familia trabajadora. Como adolescente de la posguerra fue admirador de Little Richard, del Rithm and Blues y el Jazz.

La experiencia de Bowie en la música empezó cuando sus padres le regalaron un saxofón a los doce años. Eso le permitió entrar a varias bandas de poca monta en la secundaria. Pero fue a inicios de los 60, cuando se había graduado de la secundaria técnica en el área de arte, cuando decidió entrar seriamente en el mundo de la música.

Fue en la escuela donde también adquirió uno de sus sellos de imagen. En una pelea recibió una punzada con un compás en el ojo. Eso lo dejó con la pupila paralizada.

En 1963 armó su primera banda en serio: “David Jones and The Hing Bees”. Con ella produjeron un sencillo que no llamó la atención de nadie y rápidamente se separaron. Pasó entonces a los Manish Boys que lograron atraer la atención de la gente por el pelo largo de Jones, algo poco común para la época. Sin embargo tampoco lograron algún tipo de éxito. Luego estuvo en el “Lower Third” y “The Buzz” con resultados malos.

Fue entonces que en 1966 decidió lanzarse en solitario. Lo primero que hizo fue cambiar su apellido de Jones a Bowie, previendo el éxito de Davy Jones de los Monkees. Al mismo tiempo empezó a trabajar con Kenneth Pitt, quien administró su carrera hasta el final de los sesenta. Inmediatamente lograron un contrato con Decca y lograron lanzar sencillo y álbum con la promoción necesaria. Sin embargo, la gente no respondió como se esperaba. Incluso su manager financió una película que apenas logró ser puesta en algún canal de TV menor.

Cuando llegaba el final de la década Bowie era conocido por haber lanzado discos con muchas disqueras, haber salido en varios anuncios de prensa y por haber vendido muy poco. Fue en 1969 con “Space Oddity”, en medio de la fiebre espacial por la llegada del ser humano a la luna, que Bowie logró despegar. Le siguió el disco “The Prettiest Star”, que fue acribillado por la crítica acusándolo de ser artista de un sólo éxito.

Esta idea de la fama instatánea y efímera se confirmó cuando semanas antes del lanzamiento de su disco el tema “In The Year 2525” de Zager y Evans, era número uno, mientras sus intérpretes desaparecían rápidamente. Lo peor de todo es que el disco era una imitación barata de “Major Tom”, la canción que lanzó a Bowie.

No obstante, sus permanentes cambios de apariencia y la necesidad de una nueva generación de encontrar su propio ritmo frente a los sesenta, sembró la semilla de la que sería más tarde una figura de culto. Su estilo filarmónico, que cambió estándares, fue definido por el mismo cuando dijo: “A veces soy yo el último en entender el material que escribo”. Pero de alguna manera explica el carácter visionario del artista.

Su consolidación definitiva como artista pop vino con el lanzamiento de ” The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars”, de 1972. Un álbum meditadamente moderno en el que se vendía la idea del artista del rock como un extraterrestre venido de otro mundo. El disco cuenta la historia de una estrella de rock que emerge con gran fuerza, pero igualmente cae, su caída y desaparición coinciden con el final del mundo.

De esa misma inspiración egocéntrica vino la obra de teatro “Ziggy Stardust”. En la obra Bowie coqueteaba con la decadencia y alcanzaba un nivel teatral que ninguna figura del rock había logrado antes. Se vistió de hombre del espacio combinando la moda inglesa de vanguardia con lo tradicional del Japón. Ropas multicolores cubierta por una jacket de bombero metálica y acompañado por kimonos, eran parte de la puesta de escena de “Ziggy Stardust” y el disco sucesor “Aladdin Sane” en el que Bowie adquiere una identidad andrógena. Aladdin llegó a ser el disco número uno en Inglaterra.

La música y la estética de Bowie fueron parte de los indicadores que avisaban del cambio de los 60 a los 70. Parte de esa estética era manifestada en sus diseños de las portadas de los álbumes de Pretty Things, Pink Floyd y Them.

Durante los setenta, Bowie era la personificación de un nuevo estilo del rock. Gran parte de la década la usó para manifestar un cierto distanciamiento de la gente, lo que llevó a muchos a preguntarse dónde empezaban sus personajes y donde terminaba el verdadero David Bowie. Un crítico, Tom Carson, escribió que “Bowie prefiere tratar los sentimientos como tecnología y la tecnología como sentimientos.”

Hoy en día si bien es cierto no se trata de ese visionario que revolucionó la música de los 70, es por lejos una de las mentes creativas que más ha aportado a la cultura pop. Quizás sea el motor de la posmodernidad o al menos uno de sus íconos, pero es innegable que ha sabido ver tendencias que para nadie eran evidentes.

Srta. Jara (David Bowie)

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